Capítulo Veinte. Mi dulce veleta

Mi dulce Veleta

Hoy me marco un antes y un gran después
Tras escuchar cientos de argumentos.
Son los motivos y son los porqués.
Las alegrías, los sufrimientos.
No habrá más un llanto bajo mis pies
Es este fiel fuego que llevo dentro.
Que no se merece aunque tú aquí no estés...
Que sea extinguido por tanto lamento.
Se sigue quemando y requiere quemar
Y tiene razón en arder infinito.
Incluso en el agua se atreve a remar
“¡El mar no me asusta yo al miedo no evito!”
Hoy te he reelegido al finalizar
Con el terror que de amor me consume.
Y aunque mi propia vida se esfume
He decidido determinar.
Determinarme a ser más valiente.
A pelearte si no te tengo.
Sin importar hacia dónde vas,
Hacia dónde voy... o de dónde vengo.
Dicen que amar está muy por encima
Del éxito de todas mis habilidades.
Ilusos que piensan que sólo en la cima
Se halla el triunfo de mis facultades.
Yo ya fui ganador al poder conocerte.
Yo ya obtuve la gloria al entrar tú en mi vida.
La derrota sería no volver a verte
Si no te gané no te doy por perdida.
Yo jamás seré mera posibilidad.
Soy el capitán de una heroica proeza.
Seré afirmativo en la interrogación.
Seré la verdad, la más cierta certeza.
Hablan tus labios de la dignidad
De poder merecer a quien se me parezca
Grave es el error de creer que haya dos
Como yo que ante ti de calor se estremezcan
Y si no logro llegar hasta ti
En los días que queden en esta partida
Renaceré y me reencarnaré
Una vez y otra vez de una forma infinita
Hasta llegar a tu corazón
Hasta lograr una simple cita.
Reviviré y me reinventaré
En mil formas, colores y tonos
Seré tu licor, tu canción favorita.
Ser lo que te excita y del vicio tu mono.
Que tu loca inconsciencia llevará mis apellidos.
Y que en mi templanza estará tu nombre.
Que lucharé por valer y haber sido
Por siempre tu niño, tu fiel y tu hombre.
Creíste estar dañando al pequeño insurrecto
Que vive en mi risa y que habita en mi ser.
Pero en realidad yo tardé en comprender
Que estabas forjando a ese hombre perfecto
Que siempre quisiste y que yo quiero llegar a ser.
Y que el único que protestaba
Era el ego interior e infantil
Que se negaba a lograr concebir
Un amor tan grande que lo superara
Que lo derrotara,
Lo hiciese temblar y lo hiciese partir.

Así que más vale el amor a tu vera
Porque tú me liberas del ego febril.
Palabras de Abril gritan por las aceras:
“¡Ella es lo que se espera este mundo de ti!”
No podre concebir conformarme con menos
Que enmudecer al verte vestida de blanco
Que encadenarme aunque pueda sufrir.
Pues si no sufro por ti es que no es algo bueno.
Y si no es algo bueno,
¿Para qué me levanto?
Que si mis ganas salen raudas de la cama
Y así cada mañana es pensando en tus manos
Que si no me provocas, si no eres mi dama
Si no alcanzo tu fama no merezco el piano
Que compone en sus teclas este dulce soneto
Que jamás interpreto si por ti no reclama.
¿Y qué más da si no llamas?
Vuela libre cometa, que aún hay mucho planeta
Ponte a hacer las maletas, vete a abrir la ventana.
Es la regla indiscreta que de forma secreta
Te promete la meta aunque no tengas ganas.
Algunos creerán que luchar no es poesía
No dudé que la acción siempre es hecho, no texto.
Pero amar es saber entregar al ser amado
El espacio necesario, libertad y un pretexto.
Para acertar y para equivocarse
Para pecar y no ser reprochado
Para correr y al peligro aferrarse
Para forjarse un camino privado.
Así quede por escrito y mal que mi ego se resista
Nada de lo que hagas, nada de lo que digas
Nada de lo que evites y nada de lo que vistas
Podrá cambiar la realidad de que mi amor por ti persista.
Y soy yo el primer sorprendido
De así haber reventado tan rígidos valores
Y de no haber sucumbido al dolor malherido
Por preservar este amor de mis amores.
Pero no temas mi joven dama
No espero que tú a mí me ofrezcas lo mismo.
Jamás existió la justicia divina
Y si bien creo en "Dios" y en que bien me encamina.
Sé que es puro egoísmo lo que a ratos te escama.
Pero no habrá igualdad. No la necesito.
Podrás reclamarme en tu buen egoísmo.
Uno da y nunca espera si realmente ama
Pues si espero al que aclama más que hablarte de amor
Me parece mi dama que es hablar de cinismo.
Tú reinvéntate el mundo como te dé la gana.
Y que nadie te pueda cortar más las alas.
Yo aprendí de tu amor la pureza más sana
Que el destino dispare en tu nombre mis balas.
Y allá donde no puedan llegar mis palabras
Llegarán mis acciones.
Y allá donde no puedan llegar mis acciones.
Llegarán mis palabras.
Disfruta las flores que sin muchos honores
Te regala en renglones este humilde poeta.
Por siempre receta en mi dulces sabores
Por siempre volando… mi dulce veleta.

Entradas populares de este blog

Presentación